miércoles, 31 de octubre de 2012

Proyectos de Inversión



Al momento de realizar una inversión, cada empresa debe evaluar los posibles caminos y verificar cuál es la mejor opción según los resultados que se obtengan. Existen diversos métodos por los cuales es posible evaluar cada proyecto de inversión, así como su rentabilidad; de esta manera se puede comparar un proyecto de otro, captar las ventajas o desventajas de dicho planes. He aquí la importancia de realizar proyectos de evaluación previos a tomar decisiones sobre los mismos.

El primer aspecto a tomar en cuenta es verificar la inversión inicial en el proyecto, los flujos de efectivo de operación anual y los flujos de efectivo de terminación del proyecto. Al haber evaluado cada proyecto y determinar la ganancia posible a obtener, se debe escoger el plan más adecuado.

Existen diversos procedimientos, como lo son:
El Valor Presente Neto.  Representa la diferencia entre una inversión y el costo; arroja resultados sobre cuál es la ganancia que se obtiene sobre una inversión.
Tasa Interna de Retorno. En ésta, se debe encontrar una tasa sobre el valor presente neto, de esta manera el proyecto se tomará si la tasa interna de retorno sobrepasa el rendimiento requerido, de no ser así, no es conveniente tomarlo.
Método de periodo de recuperación. Este procedimiento  determina en cuánto tiempo se podrá recuperar lo equivalente a la inversión inicial.
Índice de Rentabilidad. Gracias a éste método es posible evaluar la tasa de beneficio.

Como podemos ver, cada método tiene variaciones que ayudan a identificar distintos puntos a favor de la empresa, lo más importante es saber cuál es el mejor o el más usado, pues bien, el Valor Presente Neto es el más usado, ya que es el más confiable y el más directo.

Después de toda la información expuesta, es necesario tomar como método de evaluación el que más se adecúe a la empresa.


 Enfocado al artículo  de Rocío Zapata, Contador Público egresada del ITAM

martes, 9 de octubre de 2012

Liquidez, Solvencia y Rentabilidad



En una empresa es esencial tener en cuenta lo que es la liquidez, ya que  permite cumplir con las obligaciones que se tienen que cubrir. Cuando no hay una liquidez suficiente, se genera un descontrol en cuanto a su imagen con los proveedores, se corre el riesgo de la negación de créditos en los bancos o se deprecia el valor de los activos para poder solventar algunas necesidades.
Para estar prevenidos respecto a la liquidez de una empresa es recomendable prever con herramientas como la hipótesis, sin embargo existen otras herramientas que son más simples de realizar, como El Fondo de Maniobra, que nos sirve para analizar si existe un exceso de activos o Los Ratios, que muestran el margen de seguridad que se tiene al momento de hacer frente a las contingencias que se presentan.

La solvencia es la capacidad de poder cubrir los pasivos que posee una organización. Se deben tener en cuenta varios aspectos de ésta, como: el desequilibrio que surge entre el pasivo y el activo, la naturaleza de los fondos y entre más alta sea la deuda, más alta será la carga de gastos. Para medir la solvencia existen distintos tipos de ratios, entre los cuales están: de Apalancamiento, de Estructura Financiera, de Equilibrio Temporal entre Activos y Pasivos y de Cobertura de Gastos Financieros.

La rentabilidad es la productividad que se genera a partir de los bienes que se poseen. Es importante tomar en cuenta los beneficios que surgen, para que de esta manera las personas físicas y morales tengan a la empresa en una perspectiva de “entidad fiable”, en la cual existen los riesgos mínimos.
La rentabilidad económica evalúa a la empresa en cuanto a sus inversiones y lo que éstas han generado. Mientras que la rentabilidad financiera analiza las deducciones necesarias para cubrir las obligaciones que se tienen.

En conclusión, una empresa debe estar en constante estudio o análisis de la circulación de sus activos, así como la capacidad que se tiene para cubrir las obligaciones, así que existen distintos métodos para realizar estas pruebas. De esta manera es más sencillo implementar estrategias que nos ayuden a la liquidez de las organizaciones.